El wushu es uno de los descubrimientos más significativos que los occidentales podemos rescatar de la tradición curativa oriental. Contrariamente a la especialización cada vez más minuciosa que realizan los profesionales de la salud en nuestro hemisferio, en Oriente existen técnicas que armonizan, curan y hacen vibrar en la misma frecuencia al cuerpo y a la mente.
La palabra ‘wushu’ significaba originariamente “arte marcial” aunque el uso ha deformado la autenticidad de esta definición. Hoy se ha transformado en un deporte nacional y en un ejercicio filosófico que se practica en familia. La técnica incluye ejercicios que movilizan la mente y el espíritu a través de bellos movimientos coreográficos, ágiles deslizamientos propios de un cazador o equilibradas actitudes corporales gimnásticas. Todos tienen su origen en rituales muy antiguos, cuyo significado más profundo es comprendido mediante la práctica y la dedicación. Los ejercicios pueden hacerse en soledad o en compañía y los elementos accesorios que se utilizan -como por ejemplo, armas blancas- también son opcionales. Existen dos escuelas de wushu. La primera es la externa, que propone movimientos duros y violentos -conocidos como “ejercicios de la seda”-, con los que se aprende a tensar y relajar los músculos del cuerpo hasta lograr el descanso físico y emocional. La otra vertiente es la interna, que prefiere los movimientos suaves y gráciles similares a los que se efectúan en la danza. Para las situaciones críticas, en las que se ha perdido el equilibrio interior, el wushu ha desarrollado un plan de armonización basado en el juego animal. Se trata de imitar las posiciones y los juegos de determinados animales a fin de lograr una regeneración del sistema nervioso y una vigorización energética.
PAUTAS PREVIAS
Existen ciertas reglas que deben ser respetadas si se desea lograr mejores resultados con las técnicas wushu.
La regularidad en la práctica constituye un elemento indispensable. No hace falta practicar todos los días, pero hay que hacerlo como mínimo una vez a la semana.
El cuerpo debe estar relajado y es preciso concentrar la atención en la parte inferior del abdomen.
El lugar donde se practican los ejercicios debe estar bien aireado para que la respiración sea natural.
A fin de no provocar trastornos digestivos, debe esperarse una o dos horas luego de haber comido para comenzar a practicar el wushu.