Brillan con su carisma y deslumbran con su entusiasmo. Si hay algo que sabemos que jamás le ocurrirá a Aries, esto es pasar desapercibido. Su presencia se siente como un tumulto de sensaciones encontradas: los amamos, les tememos, los envidiamos y a veces los odiamos. ¿Cómo son en verdad los Aries? Conócelos en todos sus aspectos para que no te quede ninguna duda.
Cómo son los Aries en el amor
Pasionales: los sentimientos exacerbados del signo están presentes a toda hora en sus relaciones románticas. Saben cómo hacer que su pareja se sienta amada y deseada. Vuelcan tanta pasión en la cama como en preparar la cena. Con ellos todo es intenso.
Temperamentales: sus explosiones son legendarias. En un momento la ira los consume, mientras que al instante lo olvidan todo y vuelven a la alegría habitual.
Independientes: no podemos pretender que se manejen de acuerdo a lo que su pareja quiera. Ellos toman sus propias decisiones y te invitan a seguirlos. Hoy los tienes, pero mañana pueden amanecer del otro lado del mundo. De ti dependerá seguir a su lado o no.
Ingobernables: no son los amantes ideales para las parejas dominantes. Basta decirles que hagan algo para que se decanten por la acción contraria.
Demostrativos: llenan de besos a su pareja, la abrazan sin cesar y la someten a sus múltiples sesiones de mimos.
Cómo son los Aries en el trabajo
Emprendedores: les gusta innovar, proponer incorporar nuevas tendencias y mantenerse a la vanguardia. Donde hay novedades, Aries está para seguirlas.
Exigentes: se exigen a sí mismos y a su equipo. Pueden ser conflictivos, ya que tienden a mandar aunque no sean los jefes. Hacen todo por sacar el proyecto adelante.
Líderes: llevan el liderazgo en sus entrañas. Esto les hace merecer un ascenso mucho antes que otros colaboradores que se encontraban trabajando en la institución antes que ellos. Generan polémica hasta cuando no le lo proponen.
Cómo son los Aries en la convivencia
Alegres: les encanta llevar alegría a donde van. Tienen un gran optimismo que están dispuestos a compartir. Si ven a alguien que está cabizbajo, lo animan a mejorarse y hacen lo que esté a su alcance para hacerlo sentirse bien. Les gusta rodearse de personas vitales y entusiastas.
Dominantes: esta es la parte más difícil de convivir bajo el mismo techo con un Aries. Ellos no negocian los términos, sino que imponen los propios, lo cual se debe a la siguiente característica que los acompaña sin excepción.
Egocéntricos: se sienten el centro del mundo y están convencidos de que todo gira en torno a sus necesidades. No consulta acerca de si sus decisiones son necesarias, o bienvenidas, para quienes viven con ellos; dan por sentado que si para ellos están bien, tienen que estarlo para los demás.